Prolongador del bronceado

El prolongador del bronceado es un cosmético que ayuda a intensificar y prolongar los resultados del bronceado después de la exposición solar.

El bronceado es un mecanismo de defensa de la piel. Gracias a él nos protegemos de las dañinas radiaciones ultravioletas. Cuanto nuestra piel nota la radiación solar, se activa automáticamente nuestro pigmento natural conocido como melanina, que es el responsable de que nos pongamos morenos. Este pigmento absorbe la radiación ultravioleta del sol, pero no todo el mundo se broncea de la misma manera dado que la producción de melanina depende del tipo de piel (o fototipo) que tengamos.

Este proceso es bastante rápido y tarda entre 5 y 10 minutos después de iniciarse la exposición al sol. Las personas con la piel clara y niños deben tener especial precaución porque sus niveles de melanina son bajos, y están más expuestos a sufrir quemaduras por el sol.

Prolongador del bronceado modo de uso

El prolongador del bronceado debe aplicarse a diario tras la exposición solar ya que la mayoría de estos productos están catalogados como aftersun. Estos productos actúan manteniendo la piel muy hidratada, un factor imprescindible para que el bronceado aguante mucho más tiempo. Para ello, el prolongador del bronceado debe aplicarse a diario tras la exposición solar ya que la mayoría de estos productos están catalogados como aftersus, por eso deben usarse tras haber tomado el sol. De esta forma se evita que se produzca la descamación debida a la sequedad de la piel por el sol. Además de esto, también hay algunos trucos que puedes aplicar a diario para alargar el bronceado.

Como puedo prolongar el bronceado de la piel

Lo ideal es exponer nuestra piel al sol unos 20 o 30 minutos al día y siempre con protección solar. Es recomendable también evitar el uso de los rayos UVA artificiales, que son igual o mas perjudiciales que los recibidos de la radiación solar. Siguiendo estos consejos básicos podemos broncearnos de manera saludable y mantenerlo lo máximo posible:

Hidratación de la piel: la hidratación nos permite mantener un tono bonito y duradero. Es importante hacerlo tanto por fuera como por dentro. Ante las agresiones a las que hemos sometido nuestra piel, necesitamos un remedio efectivo que calme la sequedad y retenga toda la humedad posible y haga que no nos pelemos. Es decir, hay que hidratar la piel por fuera con una buena crema hidratante y beber agua para hidratarnos por dentro.

Ducha con agua templada o fresquita. El agua fría estimula la circulación sanguínea, por lo que tiene un efecto prolongador del bronceado. El agua caliente hace que se deshidrate y se pele antes, por lo que hace que el bronceado dure menos.

Exfoliar la piel 2 veces en semana. El bronceado no se irá antes, si no que eliminaremos las células muertas, tendremos la piel suave y con un color uniforme.

Tomar betacarotenos. Los betacarotenos ayudan a mantener el bronceado de la piel. Esta sustancia hace que la piel parezca más bronceada, pero eso no quiere decir que no haya que utilizar un factor de protección solar. Lo correcto es consumir betacarotenos tras el baño de sol.

Utilizar cremas prolongadoras del bronceado.  

Aplicar un autobronceador: si quieres mantener tu moreno, no lo dudes, aplica un autobronceador antes de que sea demasiado tarde y potencia el tono del verano.